viernes, 11 de marzo de 2016

EL CASO EDEN BELLWETHER. BENJAMIN WOOD.

Desde que Orfeo con su lira convenciera al dios de los infiernos para que dejara salir a Perséfone al mundo de los vivos, se dice aquello de que la música amansa a las fieras. Y en realidad, ¿quién no se ha sentido más relajado o más en paz mientras escuchaba una composición, o más activo y dinámico con según que obras?
¿Se podría decir, pues, que las melodías nos provocan sentimientos o que influyen en nuestros estados de ánimo?, ¿que son capaces de “manipularnos” y ponernos melancólicos o alegres, volvernos activos o dejarnos más tranquilos?
Dándole una vuelta más a la tuerca, ¿podrían provocarnos tal bienestar que llegase a curar nuestras dolencias o enfermedades?
Y ya rizando el rizo, ¿podría alguien dotado de una mente sin par, componer premeditadamente las melodías de forma que provocara que los demás al escucharlas se sintieran de una determinada forma o se comportaran de una manera concreta?
Este es el caso de Eden Bellwether, una de las novelas revelación de esta temporada que ha cosechado varios premios, con una intrigante trama que no desvela la luz hasta el final y unos personajes hábilmente perfilados, entre los que encontramos al mencionado, como un joven brillante y carismático, pero también aquejado de un importante TNP (trastorno narcisista de personalidad), que está convencido de poder curar mediante la música y la hipnosis.
En la parte diametralmente opuesta, hallamos a Óscar Lowe, que al enamorarse de Iris Bellwether(hermana de Eden y conejillo de indias de aquel desde la más tierna infancia) es introducido en el círculo de amigos de ambos. Exclusivo círculo de los estudiantes de Cambridge, pertenecientes todos ellos a familias ricas muy diferentes a los humildes orígenes de Óscar.
Si os decidís por este libro, encontraréis que la forma en que está escrito se aleja de ese cliché que tanto abunda ahora, y que deja la sensación de estar siempre leyendo la misma novela o al mismo autor.
Como siempre, feliz lectura.

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